Fuente: LUN

Supongamos que tiene una empresa que factura al menos 5 millones de pesos al mes y anda detrás de financiamiento para robustecer el negocio. Si es así, posee los requisitos básicos para acceder a financiamiento que entregan plataformas online o por internet que hace un tiempo les salieron al paso a medios más tradicionales, como los bancos.

Cumplo, Facturedo y RedCapital están dentro del grupo de las entidades llamadas Fintech, que dan soluciones financieras ligadas a la tecnología y que, en este caso, están permitiendo a las pequeñas y medianas empresas a conseguir las esquivas lucas. Acá tres datos a considerar.

Cumplo, punto de encuentro

Su primer foco fue financiar a través de su servicio ( http://www.cumplo.cl) a personas que no eran atendidas por el sistema tradicional, pero hace dos años se han enfocado en las Pymes. Hoy son la plataforma de financiamiento colaborativo o crowdfunding más grande de América Latina, con más de $110.000 millones financiados en créditos.’Actuamos como punto de encuentro online entre personas que quieren invertir sus ahorros y Pymes que necesitan financiamiento para crecer’, dice Gonzalo Kirberg, gerente general de Cumplo.

Así funciona: la empresa solicita el crédito, con la tasa de interés que pretenden pagar, y una red de 3.400 inversionistas se pueden interesar en prestar ese dinero. ‘En Cumplo se publican aproximadamente 40 solicitudes de crédito semanales, con distintos tipos de respaldo’, asegura Kirberg.

Claro que deben cumplir ciertos requisitos para publicar una solicitud de crédito. La empresa al menos debe tener un año de antigüedad y facturar más de 5 millones de pesos. Y ni la entidad, ni socios o representante legal deben estar en los registros comerciales.

Vendiendo facturas

Otra plataforma online de financiamiento es Facturedo ( http://www.facturedo.cl), que lleva un año y medio de funcionamiento y es una herramienta que permite a la Pymes obtener capital por las cuentas por cobrar, tal como el factoring, es decir, vende en la página web las facturas a los inversionistas interesados, pagando entre 1,2% y 1,8% mensual de total de la facturación. ‘Nosotros lo que hacemos es evaluar muy bien al deudor, a la empresa que tiene que pagar la factura para que los inversionistas tengan el menor riesgo posible para prestar el dinero’, dice Álvaro Echeverría, Ceo de Facturedo. El sistema básicamente se trata de que la Pyme publica las facturas validadas previamente por Facturedo y los inversionistas realizan la o las ofertas para financiarla (s). ‘Una vez que se paga la factura, nosotros distribuimos el dinero a los inversionistas’, explica Echeverría. El monto mínimo de una o varias facturas que puede vender una empresa en Facturedo es de 25 UF (unos 658.510 pesos). ‘Nosotros trabajamos con seguros de riesgo y si se estima que la factura de la empresa es demasiado riesgosa (alta probabilidad de impago), no la subimos a la plataforma’, agrega Echeverría.

Capacidad de Pago

Otra plataforma es RedCapital, que tiene la modalidad de factoring o venta de facturas y también con préstamos con la modalidad de crowdfunding. ‘Nos focalizamos en Pymes que, a lo menos, lleven un año operando y tienen una facturación mínima de 10 millones de pesos mensuales. Lo importante es que se evalúa su capacidad de pago y se revisan sus estados financieros antes de que publique en nuestra página la solicitud de crédito o una factura’, cuenta Gustavo Ananía, gerente general de RedCapital

‘Nuestra idea es que las Pymes se financien con tasas atractivas, en condiciones muy similares al sistema bancario. Y también dar financiamiento a aquellos no que tienen acceso en ninguna lado’, finaliza Ananía.

Atractivo para inversionistas

Ramón Heredia, director ejecutivo de Digital Bank, dice que los crowdfunding de financiamiento de créditos para Pymes es una tendencia en el mundo y que, seguramente, ‘en Chile van a aparecer más empresas de este tipo’.

Y, asegura, que este modelo de negocio es atractivo por dos razones: ‘Uno, porque efectivamente está entregando financiamiento con tasas atractivas a pequeñas empresas que tienen dificultad, por su riesgo, de ser atendidas por los bancos. Además, los inversionistas, la gente que presta el dinero, puede encontrar rentabilidades más atractivas que en el sistema tradicional’.