Las declaraciones de Jamie Dimon no han dejado indiferente a nadie, e incluso se especula que generó una caída en los mercados el día de ayer. Sin embargo en CriptoNoticias tenemos argumentos de sobra para contrarrestar esta opinión y dejar sin dudas sobre Bitcoin a quien las haya tenido.

Dimon se refiere en sus declaraciones a la Tulipomanía para comparar la primera burbuja financiera de la historia directamente con bitcoin; algo muy fuera de lugar pues, aunque el precio de bitcoin es volátil, no es netamente especulativo ni su esquema de inversión se basa en activos futuros, como sí sucedió en las últimas fases de la burbuja de los tulipanes, cuando los productores daban los bulbos de tulipán a sus compradores en garantía de que luego de la cosecha serían hermosos y costosísimos activos. Bitcoin incluye en su naturaleza tecnológica facultades para regular la oferta y demanda de su producto. Por medio de la cantidad de transacciones que se realicen y el consecuente proceso de minería, se emiten nuevas criptomonedas.

El valor de bitcoin no está en una expectativa de ganancia a mediano plazo, aunque parezca ser así a juzgar por el comportamiento de los mercados financieros y la proliferación de nuevos inversionistas, si a esto le añadimos la constante celebración de rondas de financiamiento con criptoactivos. El valor de bitcoin radica en la confianza de que el dinero está seguro en la plataforma tecnológica que le respalda. Además de que es eficaz como método de pago y de transferencia de valor, cuestión que las plataformas bancarias no pueden cumplir actualmente. Bitcoin sirve para mucho, a diferencia de los bulbos de tulipán, que solamente fueron útiles como símbolo de riqueza y prosperidad, evidencia de que lo fatuo, superficial y banal puede llevar a la quiebra a un país entero, como sucedió con Holanda en el siglo XVII.

Si bien es útil para países como Venezuela utilizar bitcoin por los férreos controles de cambio, no es comparable la situación de este país con una dictadura extrema como la de Corea del Norte, donde no existe ningún tipo de libertad económica. De hecho, la única relación de Norcorea con bitcoin se basa en que su gobierno podría estar perpetrando ataques cibernéticos a sus enemigos políticos para obtener bitcoins y evadir las sanciones económicas. Al igual, es desmedido comparar al común usuario de bitcoin con asesinos o narcotraficantes. Bitcoin no pueden utilizarse óptimamente con estos fines porque esta criptomoneda es pseudo anónima, queriendo decir que si se comete un delito financiado con bitcoin o se pretende lavar dinero con él, si se hacen las respectivas averiguaciones, en un futuro puede llegar a rastrearse al sujeto en cuestión, como quedó demostrado con la satisfactoria resolución del caso MtGox.

Bitcoin es solo un método nuevo que funcionó durante un tiempo para lavar dinero, pero la verdad es que los delincuentes utilizan cualquier tipo de activo o valor para hacerlo. Incluyendo tarjetas de regalo de Amazon. Incluso el oro es mejor que bitcoin para lavar dinero. Bitcoin es de hecho un mal método para blanquear fondos y según estudios, ya no es utilizado con estos fines. ¿Has pensado convertir una cantidad de dinero robada en bitcoin sin tener que pasar por una casa de cambio o sin necesidad de hacer una transferencia bancaria. Es cierto que las criptomonedas son utilizadas con estos fines, pero sólo en menor medida. De hecho, todas las monedas del mundo lo son, y el JP Morgan no está exento de ello: hace unos años fue descubierto lavando dinero de Los Zetas, el peligroso cartel de drogas mexicano.

El dólar americano es caro de transferir y no cuenta con ningún respaldo material o abstracto de valor, salvo la fortaleza de la institucionalidad legal y militar de Estados Unidos. Desde que esto es así, desde que Estados Unidos abandonó el patrón oro en el agosto del año 1971, la moneda no ha hecho más sino devaluarse, y con ella su confianza, viéndose supeditada a ser emitida por la Reserva Federal bajo criterios inflacionarios de dudosa efectividad para paliar el desempleo y la pobreza. A diferencia del dólar, bitcoin es escaso. Su emisión llegará hasta los 21 millones de monedas, contrario a las monedas fiduciarias, que pueden ser impresas indiscriminadamente. La constante crisis del sistema monetario internacional y la incapacidad de los bancos centrales de resolverla, es causante directo de la creación de Bitcoin, una criptomoneda e ideal que surge en 2009, en los albores del colapso inmobiliario de Estados Unidos.

Quizá una de las motivaciones que Dimon encuentra para desestimar en efectos prácticos a bitcoin es el hecho de que el protocolo de esta criptomoneda elimina por completo los intermediarios, dejando inútiles a los bancos. Sin embargo, como según apuntan las cosas, esto no es cuestión para preocuparse. Si bien perderán una importante posición de dominio en cuanto a algunos servicios financieros, estas entidades pueden integrarse a blockchain sin problemas y comenzar a desarrollarse en ese ámbito, como bien puede suceder a través de la blockchain de Ripple, que ya trabaja con importantes instituciones de este sector para transferir valores e información a cualquier parte del mundo. Conforme las criptomonedas ganan terreno y los bancos siguen sin suplir las necesidades financieras que surgen con el desarrollo de la tecnología y el avance de la humanidad, se hace imperativo acabar con un concepto tan lejano como los surgidos en el siglo XII bajo la idea de ‘banco’.

Ahora, Bitcoin y blockchain pueden proponer una solución similar a la que contemplan algunos gobiernos para años futuros: basar una moneda nacional en blockchain, para así hacerla transferible y más segura, aunque los detalles para instaurar este método son de larga y precisa discusión.

Pero tenemos malas noticias para Jamie Dimon si piensa que Bitcoin puede ser “cerrado”, como efectivamente aseguró. Los bancos sí pueden ser cerrados, a menos que la Reserva Federal los salve de la quiebra ‘socializando’ los gastos entre la población para cubrir los enormes fraudes financieros que estas instituciones perpetran; Bitcoin se trata de un sistema descentralizado y distribuido, y siempre estará en funcionamiento, a menos que un cataclismo global comparable con el apocalipsis destruya todos y cada uno de los servidores que alojan la red, o que simplemente haya un apagón global y absoluto del internet. Bitcoin no está almacenado en un solo lugar, pero al mismo tiempo puede llegar a donde sea.

Ahora, lo que más me perturba de los comentarios emitidos por Dimon es la amenaza contra sus propios empleados de despedirlos si se entera que mantienen inversiones en bitcoin, en orden de que ni Dimon ni JP Morgan -y en realidad nadie- poseen la autoridad para decir en qué pueden gastar su propio dinero. Esto solamente es el reflejo de cómo las creencias de Dimon se alinean con un ideal extremo en el que las instituciones bancarias centralizan toda la actividad financiera y monetaria y tienen un poder de decisión desmedido sobre sus clientes y por extensión, los usuarios del dinero. Precisamente, bitcoin y los criptoactivos ofrecen libertad financiera para quienes lo utilicen, y la posibilidad de ser empleados en cualquier parte del mundo sin tener que contar con la aprobación de intermediarios ni entes centralizados, pudiendo realizar además pagos pequeños por muy bajo costo, de manera rápida y en su totalidad segura. La revolución de la confianza, un hito de la libertad.

Entonces, ¿qué razón podría tener el ejecutivo bancario, quien por cierto lleva adelante la iniciativa Quorum, futura competencia de bitcoin basada en Ethereum, para sabotear a la criptomoneda más capitalizada en uno de los mercados nacientes de mayor impulso? Podría ser, sencillamente, comprarlo barato.

Fuente:  https://criptonoticias.com/